Contorno, dintorno y silueta.
Contorno, dintorno y silueta.
Al representar una figura nos servimos de la línea, que la separa del entorno que la rodea, esta línea al configurarse sobre el formato, implica la existencia de un espacio negativo y un espacio positivo en la composición.
Esta distinción entre figura y fondo, es trabajada por ejemplo en la psicología de la Gestalt, a través de una serie de reglas que buscan explicar el origen de las percepciones, siendo una de sus principales Leyes generales la Ley de figura y fondo. Lo anterior apunta a que no es posible percibir a su vez una zona como figura y fondo, ya que en nuestra percepción siempre habrá elementos en los que la conciencia se centrará y otros que ignorará. Si lo anterior no se muestra de forma explícita, de igual modo nuestra mente provocará la distinción nutriéndose de nuestro inconsciente. La figura es por lo tanto aquella zona en la que se centra nuestra conciencia y su percepción puede verse influenciada por factores como profundidad y distancia.
Otra de las Leyes interesantes de esta psicología es La ley de contraste, que se refiere a que una forma es mejor percibida en cuanto mayor contraste presente con el fondo. Esta relación de contraste apunta a que quien observa sea capaz de diferenciar visualmente las dos posibilidades.
Cuando establecemos esta frontera entre figura y fondo estamos trabajando con el contorno, el limite entre el interior y el exterior. Por lo tanto, el contorno es uno de los primeros elementos que nos pueden acercar a la representación, en tanto es sugerencia o naturaleza de una forma, siendo representado generalmente con el uso de la línea, o un conjunto de estas. El contorno es aquel lugar donde quedan fijados los límites de la forma y la separa visualmente del fondo.
Otro de los elementos primordiales en la representación es aquello que se sitúa dentro del contorno, dentro de la frontera y que se mantiene separado del exterior al mismo tiempo que configura las características identificatorias de la forma, este elemento es el dintorno.
El dintorno, en su particularidad, puede manifestarse de múltiples y diferentes formas, líneas, manchas, colores e incluso texturas, a esto lo denominamos dintorno modificado. El contorno y el dintorno se plantean como fuerzas visuales que se definen en un espacio sobre el fondo o entorno y se encuentran sujetos a una serie de combinaciones infinitas.
Un tercer elemento con gran relevancia tanto histórica como grafica es la silueta, la cual es representación de una forma a través de un solo color plano que ocupa el espacio del dintorno, es figura expuesta en su apariencia mas sintética, sin mas detalle que el contorno y la masa de la forma, se estructura y constituye como figura sin detalles o cambios en su dintorno. Si bien silueta y figura pueden entenderse como iguales, no lo son, puesto que la primera comprende mas información desde el punto de vista de lo visual que la entendida como silueta. Si de la figura sustraemos aquellos elementos que la definen, pero aun así mantiene su esencia específica, la podemos entender como silueta.
Entonces, aquello que es proyectado desde su generalidad o globalidad, captando solo la esencia de la forma y en separación del fondo corresponde a silueta. Este concepto esta ligado a la necesidad de ser una forma que posee un significado, aprehendido con anterioridad en los andares de la vida. La silueta es la proyección de una figura en su versión más simple.
Si bien el termino de silueta es sobre todo gráfico, las figuras en silueta pueden ser encontradas también en la naturaleza, de forma efímera y en el momento en que la sombra y la forma coinciden gracias a la presencia de la luz. La silueta es, en términos generales, una figura de sombra que se presenta como un todo, en su versión mas global, sin mostrar la información presente en su dintorno.
La luz y su incidencia son un factor importante en la percepción de la figura y la silueta, los limites entre figura y fondo se pueden desvanecer cuando el contraste determinado por la intensidad lumínica es bajo. Para identificar figuras, es necesario un cambio en la intensidad de la luz del cuerpo observado y el fondo que lo envuelve. Ahora bien, el concepto de silueta ha evolucionado, como en conjunción con la evolución de las prácticas de comunicación visual, considerándose incluso presente sin la incidencia de la luz sobre la forma. El concepto por tanto se transforma en un gran recurso gráfico, se acepta la silueta como figura esquemática, autónoma, que sintetiza una forma tridimensional y la lleva a entenderse en un plano, como una realidad grafica.
La silueta en la historia
La silueta y el contorno aparecen y se unen a las manifestaciones artísticas del ser humano desde su origen primigenio, desde el paleolítico podemos encontrar representaciones esquemáticas sobre las paredes internas de las cuevas con atención en la silueta que se manifiesta como concepto fundamental para la representación de los animales que acompañaron a los antepasados de la humanidad.
Claro ejemplo de lo anterior podemos encontrar en la cueva de Lascaux en Dordoña, Francia, descubierta en 1940 por Marcel Ravidat, de entonces 17 años y su perro Robot quien se encontró con un agujero entre matorrales y se puso a cavar hasta que abrió un orificio, por el cual Marcel lanzaría unas piedras y se daría cuenta de la profundidad del hueco, días mas tarde, junto a unos amigos se aventurarían en ingresar quedando maravillados al levantar la linterna y encontrarse con un techo lleno de pinturas de caballos y toros, hallazgo que harían llegar a un profesor jubilado de la zona quien no dudo en comunicar el descubrimiento a Henri Breuil, la mayor autoridad de arte paleolítico en la época. Entre la gran cantidad de representaciones encontramos la de la imagen de caballos a continuación, donde podemos evidenciar un claro uso de la silueta que dataría de alrededor de 18.000 años, denominada “El friso de los caballos negros”.
A través del siguiente enlace, se puede realizar una visita virtual a la cueva y sus salas, algo verdaderamente impresionante y totalmente recomendado. Además, se pueden encontrar otros datos relevantes y de interés sobre esta cueva en su sitio web. Cueva de Lascaux
Continuando nuestra revisión del uso de estos elementos en la historia, nos trasladamos ahora hacia el Oriente Próximo. Con la llegada de las sociedades recolectoras y ganaderas, se detecta un impulso creativo que lleva al ser humano a manipular y transformar su mundo próximo desde la representación, se produce un cambio en donde las figuras son proyectadas principalmente desde un esquematismo.
Aproximadamente hace 3000 años, en la Edad de Bronce la silueta aparece como concepto clave en cuanto participa en la creación de nuevos sistemas de representación en las culturas egipcias y mesopotámicas, que desembocará en la invención de la escritura de las grandes civilizaciones de Oriente próximo. Las figuras representadas a través de siluetas se trasladan gradualmente hacia una abstracción y transformación hacia signos que pueden ser leídos e interpretados de forma sonora. La silueta aparece entonces desnaturalizada, como un símbolo que los egipcios heredaran del sistema inicial de escritura de los sumerios.
Las manifestaciones artísticas en Egipto son parte de un conjunto de códigos y signos: los jeroglíficos que representan cosas, seres e ideas. Se puede afirmar que esta escritura ancestral está compuesta de siluetas, al mismo tiempo que pueden presentar decorados y detalles en su dintorno. Ejemplo de lo anterior podemos encontrar en diferentes tumbas muy características de estas civilizaciones tales como la Tumba de Nefertari, donde encontramos dintornos trabajados, y la Tumbas de Nebenmaat junto a la Tumba de Pashedu, donde podemos evidenciar el uso de siluetas.
Tumba de Nebenmaat
Tumba de Pashedu
Tumba de Nefertari
Las figuras faraónicas y jeroglíficas, establecidas bajo un rígido planteamiento grafico dan paso entre los siglos VIII y IV (a.e.c) a una nueva interpretación más dinámica y dramática desarrollada en Grecia. En algunas representaciones que decoran las cerámicas de la civilización mediterránea podemos encontrar gran vitalidad y acción, podemos ver que tanto la silueta como la intención de generar una diferenciación entre figura y fondo a través de una monocromía ocuparan gran parte de las representaciones pictóricas griegas. En los vasos griegos, por ejemplo, se buscaba representar la intensidad y dinamismo tanto de hechos mitológicos como cotidianos, esto era llevado a cabo con la definición de la silueta de los personajes, sobre la que se aplicaba un barniz que ennegrecería la zona una vez calentada la cerámica, apareciendo la figura en forma de silueta y diferenciada notoriamente del fondo, en una fase posterior, se realizarían incisiones sobre estas dando paso a una configuración del dintorno, pero aun con una mayor cercanía al concepto de silueta. En la imagen a continuación podemos ver el uso de esta práctica, en una representación de Ajax llevando el cuerpo de Aquiles sobre la superficie de una crátera, o vasija del año 570 (a.e.c).
Hasta el momento hemos podido evidenciar como tanto las culturas primitivas como las dos grandes culturas clásicas hicieron basto uso de recursos como la silueta y el contorno para sus diferentes representaciones. Sin embargo, Durante la época medieval (Siglos V al XV) bajo el dominio del imperio romano, las figuras se alejan de estos elementos, buscando una representación más tridimensional, con ilusión de volumen, alejadas por lo tanto de las figuras negras y rojas de las sociedades que le anteceden.
En los periodos que comprenden el arte románico y gótico, entendidos estos como periodos de un arte común, aquellos dedicados al arte desplazaran la utilización únicamente de la silueta o el contorno, por ejemplo, recurriendo a estos de forma muy escasamente durante los próximos diez siglos, quedando relegada a un concepto intrínseco en la acción de dibujar una figura. El escaso uso de la silueta como una figura completamente negra lo podemos encontrar, evidentemente ligado a representaciones religiosas, por ejemplo en El retablo de Sijena, pintado por Francesc Serra, donde sobre la representación de Judas Tadeo se puede observar una figura negra demoniaca, caso homologo encontramos en la ilustración del año 1416 “La tentación de cristo” en el libro “ Las muy ricas horas del Duque de Berry” donde se representa a Jesús siendo tentado por el diablo, este ultimo representado con una figura negra con escasos detalles. En este periodo, lo oscuro es relacionado con lo malvado.
Previo al periodo medieval europeo, ya hacia mediados del siglo XV el holandés Jheronimus van Aken (c.1450 – 1516), también conocido como El Bosco presenta una serie de pinturas que mantienen la idea de lo malvado en las figuras oscuras y silueteadas. El Bosco, hace uso de las siluetas en sus composiciones como recurso para representar figuras demoniacas en el tríptico “el carro de heno” o “la mesa de los pecados capitales” cuyos detalles podemos ver a continuación.
En el siglo siguiente, podemos encontrar un uso diferente de la silueta en las pinturas del flamenco Pieter Brueghel (1525 – 1569), esta es tratada de manera mas conceptual, para representar figuras que se encuentran en el plano de fondo, similar a lo que sucede en la naturaleza cuando miramos hacia objetos lejanos. Este tratamiento mas literario y de insinuación lo podemos ver en su obra “Los cazadores de la nieve” de 1565, donde las siluetas, además, cumplen una labor de representar genéricamente las formas. A continuación podemos ver la obra y los detalles del fondo, respectivamente.
Durante el renacimiento, la incipiente tecnología y los procesos pictóricos avanzan en conjunto. El conocimiento obtenido hacia la época en cuanto al control de las proyecciones de sombras generadas por la manipulación de la luz da paso a un procedimiento que permite servirse de esta sombra o silueta para establecer la línea del contorno que permitirá registrar proporciones, tamaños y superficies al momento de llevar a cabo una representación. Da Vinci, nos deja una ilustración de una escena en una escuela de dibujo, en sus estudios de la proyección de la sombra.
Podemos decir entonces, que la silueta fue parte importante de los avances pictográficos del periodo renacentista y que ayudo a la representación mimética propia de la época.
Plinio el Viejo ya relataría en el siglo I en “Historia natural” una leyenda que explica el origen de la pintura. El mito relata una historia de amor, en la que Kora, la hija del alfarero Butades ante una inminente separación trazó con líneas el contorno de la silueta proyectada de su amado con la ayuda de una vela. Este acto, será para Plinio el método que origina la pintura, operación que consiste en la transposición y reducción de la sombra, su esquematización. Vemos, por lo tanto, un dibujo en forma de silueta. A continuación, algunas representaciones que dan cuenta de este mito.
"La doncella corintia" 1782. Joseph Wright
"Invención del arte del dibujo" 1791 Joseph Benoit Suveé
Sin lugar a dudas, una de las principales representaciones artísticas en torno a la silueta son los retratos de sombra de mediados del siglo XVIII, siendo en este mismo siglo donde incluso es inventada la palabra, cobrando un sentido pleno de la mano del político francés Étienne de Silhouette, quien fuese ministro de finanzas con aspiraciones a la disminución de gastos de la familia real y con un una gran afición por este tipo de retratos que incluso recibieron la denominación de “retratos a la Silhouette” que por lo demás, eran de muy bajo costo. Debido a las nulas intenciones de las clases altas por ahorrar, el periodo político de Étienne solo duro entre mayo y noviembre de 1759. La elaboración de este tipo de retratos fue masiva y extendida por todo Europa durante el ultimo siglo renacentista, sobre todo en Francia y Alemania, llegando incluso a la iconografía británica de la época victoriana. El recorte de retratos de sombra también fue pasatiempo común entre la naciente burguesía. A continuación, podemos ver retratos en sombra de Étienne de Silhouette y Ludwig Van Beethoven, este último realizado por Ferdinand Ernst von Waldstein y presente en el libro de la familia del compositor.
En la práctica, los retratos de sombra eran llevados a cabo con la ayuda de una silla fabricada especialmente para este proceso, que impedía la distorsión de la sombra. Como vemos en la ilustración a continuación publicada por Lavater en 1776.
A finales del siglo XVIII aparece en Europa el teatro de sombras, una antigua tradición proveniente de países orientales como China, India y Japón, y que goza de gran popularidad en la corte francesa. Este teatro hace uso de la representación a través de siluetas de diferentes figuras, aunque en algunos casos también se dejaban ver colores y eran diseñadas desde un perfil significativo con un alto poder sugerente. Existe una leyenda China que cuenta sobre el origen de esta técnica teatral y se remonta hacia el año 121 (a.e.c) y relata lo siguiente:
El emperador de China, Wu Ti, cayó en una profunda depresión tras la muerte de su esposa. Los sirvientes de Wu Ti buscaron cómo vencer la melancolía del soberano con mil remedios, sin llegar a conseguirlo. Hasta que un día, un artista ambulante llamado Shao Wong, propuso revivir a su esposa poniendo sólo una condición: el emperador sólo podrá ver su sombra proyectada sobre la lona de una tienda. Entusiasmado el emperador acepta y promete no mirar, ni entrar por detrás de la pantalla para ir al encuentro de su esposa. La aparición emocionó al emperador que vio revivir a su amada en silueta. Al cabo de unos días el soberano solicita nuevamente el encuentro con su esposa, pero, esta vez, no tuvo bastante con disfrutar de su proyección en sombra y entró de repente en la tienda al encuentro de su esposa. Detrás de la pantalla ella no estaba, descubriendo el ingenioso montaje que proporcionaba la ilusión óptica que había creado el artista Shao Wong.
No queda claro el final de la historia. Unos dicen que el emperador decepcionado por descubrir el engaño condena a muerte al artista; otros cuentan que maravillado, ordena difundir esta técnica y espectáculo por todo el país.
Ya entrado el siglo XX la silueta evoluciona hacia la calidad de un concepto visual, pasando de ser solo un perfil circunscrito de algún personaje.
Situados sobre las vanguardias artísticas del siglo XX podemos por ejemplo encontrar los trabajos de siluetas de la artista californiana Kara Walker (1969) en cuya obra se abordan temas de género, sexualidad, raza e identidad marcadas por la violencia. Los temas mencionados son comunes durante este siglo y en las producciones artísticas vanguardistas. En los trabajos de Walker se puede apreciar el uso de siluetas negras en contraste con un fondo blanco, lo que las hace destacar. Si bien sus temáticas parecen actuales, la artista evoca sucesos trágicos de la historia americana como la proliferación de la esclavitud de la población afrodescendiente y de la guerra civil estadounidense. Su trabajo de siluetas son una clara sátira y critica de la realidad norteamericana mencionada. Algunos de sus trabajos se pueden ver a continuación.
El artista sudafricano William Kentridge (1955) conocido por sus dibujos, grabados y películas animadas quien estudiase Política y Estudios africanos y luego se formase como artista en la década de los 70 es otro artista contemporáneo a destacar.
Mientras se encontraba trabajando como director de arte para series de TV comenzó, con sus propios dibujos, a crear películas animadas. Su obra, ambientada en la época industrial de Johannesburgo dan cuenta del abuso e injusticia sufridos durante la época de segregación racial en el gran país africano, además de trabajar con temáticas sobre el colonialismo y el apartheid. En sus cortometrajes podemos evidenciar un claro uso de las siluetas en sus dibujos de carboncillo los cuales filmaba, modificaba y volvía a filmar para finalmente crear una película. A continuación, dejaré un video subido a YouTube por el canal de la artista sudafricana Lillian Gray, quien nos proporciona un registro en alta resolución de la obra titulada “Mine” (1991) de William Kentridge y editada por Angus Gibson, donde alrededor del minuto de filme podemos evidenciar el uso de la silueta.
Entre sus trabajos también se pueden encontrar representaciones teatrales con el uso de siluetas que haya una enorme similitud con el teatro de sombras oriental.
El trabajo de este artista me parece sumamente interesante, debido a que siento una afición por la animación desde muy temprano y que se mantiene hasta el presente. Recuerdo como si fuese ayer cuando por el 2007, en mis ya lejanos 13 años con mis compañeros de curso nos juntábamos a crear animaciones en Adobe Flash dibujando fotograma por fotograma con un mouse con rueda y alucinando con los resultados, aunque estos fueran un “mono de palo” que solo movía su boca o se trasladaba de un espacio a otro, añadiendo sonidos y efectos especiales que sacábamos de series de animación japonesa que llenaban nuestra imaginación de locas ideas. Sin duda, un momento que marco un precedente en los gustos y proyectos que tengo a día de hoy.
A través de la revisión llevada a cabo, podemos ver que la historia de la imagen nos demuestra una evolución en cuanto al concepto de la silueta, desde su relación con otros conceptos como la figura, el contorno y la sombra además de su cualidad de fenómeno visual podemos evidenciar como gradualmente el uso de la silueta en las expresiones artísticas se despoja de la rigidez de su planteamiento y adquiere una libertad visual.
Si bien el termino recibe un nombre y categorización en el siglo XVIII podemos ver que se encuentra presente en la historia de la humanidad desde mucho antes. Las primeras imágenes representativas de un ser humano, son siluetas. Una vez que la naturaleza es controlada por el humano, las siluetas adquieren un carácter de codificación, se sintetiza y su estructura se simplifica hasta llegar a un lenguaje pictográfico. Pese a la asimilación de las siluetas en su calidad de figuras oscuras con representaciones demoniacas en la época medieval y a su relegación de las representaciones miméticas en el periodo renacentista, esta adquiere nuevamente significancia de la mano de los retratos de sombra y el contacto con culturas orientales que propagan el teatro de sombras y siluetas durante el siglo XVIII y comienzos del XIX.
Esta revalorización de la silueta en el diseño de imágenes se fortalece y renueva en la época revolucionaria, en la era digital, siendo nuevamente concepto clave desde el reconocimiento y control de las figuras.
Por otro lado, tenemos su importancia en los procesos de dibujo y pintura, donde los artistas en el proceso formativo se afianzan con el concepto al mismo tiempo que se adquiere la capacidad de representar figuras a partir de este esquema sintético.
Poco a poco, se vuelve a acudir a la silueta en su calidad de concepto grafico autónomo y generador de forma.
Referencias:
Bordes De Santa Ana, I. (2012). Consideraciones relativas al concepto de silueta: su evolución histórica y sus aplicaciones en la iconografía contemporánea. (tesis doctoral). Recuperado de http://hdl.handle.net/10553/9817
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