Encuadernación: técnicas, historia y creación de croquera.

Taller francés de encuadernación - Siglo XVIII
Taller francés de encuadernación - Siglo XVIII

 Encuadernación

Un poco de historia.


Mucho antes de nuestra era, en los albores del siglo XXVII a. n. e. hacen acto de aparición en la historia de la humanidad los primeros atisbos de la escritura: los caracteres chinos, en el gran país asiático y los primeros jeroglíficos en Egipto. Posteriormente, alrededor del año 500 a. n. e. los griegos crearían lo que hoy conocemos como alfabeto, sin embargo, serán los romanos quienes lo volverán definitivo.

Durante la era cristiana nos encontraremos con diferentes momentos claves en cuanto respecta a la escritura y la encuadernación, sin embargo es necesario en primer lugar mencionar que en China Tsai-Tun inventaría el papel en el año 105 y que tras 70 años se registraría la primera impresión de texto, estampando el papel.

Si consideramos los momentos de la historia enunciados hasta ahora, podemos evidenciar que los chinos han sido los precursores en lo que concierne a la escritura al punto tal que podemos encontrar en su mitología una leyenda sobre la invención de los caracteres chinos, esta se remonta a más de 5000 años y nos cuenta que:

Tras la llegada al poder del Emperador Amarillo este emperador le encargaría a uno de sus ministros inventar un nuevo método de escritura, en sentido de mejorar el sistema de nudos de cuerdas que predominaba hasta el momento. El ministro, de nombre Cang jie, a quien se le atribuyen cuatro ojos capaces de profundizar en los misterios más profundos del mundo, fijándose en la naturaleza logro dar con la manera de transmitir el significado de las cosas en símbolos y observando detenidamente los patrones del caparazón de una tortuga o las huellas de las aves, creó un sistema de ideogramas con el cual representar el mundo.

Otro momento de la historia relacionada a la escritura en donde los chinos tuvieron importante incidencia es en la invención del carácter de tipo móvil de imprenta, durante el año 1041. Aproximadamente 100 años después comienza la fabricación de papel en Europa occidental y en el año 1450 Gutenberg imprimirá la Biblia con el uso de los tipos móviles, dando el primer gran paso hacia la producción en masa.

Las primeras formas de encuadernación

Presentes en textos griegos y romanos, como en civilizaciones del sudeste asiático en donde las tablillas de madera o marfil recubiertas de los griegos y romanos como las hojas de palmera o bambú utilizadas por las civilizaciones “amerindias” encuentran un punto en común: Eran agujereadas en uno de sus extremos permitiendo pasar un hilo grueso o cuerdecilla para agruparlas.

Las leyendas cuentan que cuando Cleopatra invito al Cesar a los talleres de Alejandría le presento una nueva forma de ordenar los documentos, el códex. Este antecedente del libro consistía en el pliegue de hojas de papiros unidas entre si con una costura. Posteriormente el papiro será sustituido por el pergamino, que era más fácil de plegar.

Será de la mano de los monjes coptos, en sus monasterios donde la técnica de encuadernación será inventada y el arte del libro vera sus primeras luces. La técnica aplicada por los monjes consistía en el cosido de un cuadernillo, recubierto con piel o en la unión de varios cuadernillos. Los lomos de estas encuadernaciones son lisos y se solía usar una aguja para pasar los hilos de costura o, dos agujas aplicando la costura de forma separada.



Para el caso de las encuadernaciones con un solo cuadernillo, estos solían estar recubiertos de papel, mientras que en los agrupados se utilizaron tapas de madera o de papiro pegado. La técnica de los monjes coptos abarco gran parte de la ribera oriental del mar mediterráneo y la Europa carolingia y no será abandonada hasta la invención del telar entre los siglos X y XII.

En la Francia de antes del siglo XII los libros eran muy caros y además raros, estos eran copiados en los scriptoria de los monasterios, donde la técnica del cosido sobre nervios será una generalidad de la época, estos nervios que pueden aparecen solos, en pares o incluso hendidos son situados perpendiculares a los dorsos y su función recae en dar firmeza al conjunto, sus extremos eran fijados a las pesadas maderas utilizadas como tapas y reforzadas con un retazo de cuero. Junto al trabajo de los encuadernadores se da también espacio para creaciones que se acercan a la artesanía en marfil y la orfebrería, esto en las creaciones del monje “ligator” o “el que encuadernaba”. Las cubiertas de estas encuadernaciones solían tener, a causa de la tendencia del papiro por combarse, correas y abrazaderas, además de cantoneras metálicas y una serie de bullones dispuestos en las tapas para así evitar su deterioro en el contacto con las superficies.

Las bellas encuadernaciones de la época fueron realizadas con pieles gruesas, telas como el terciopelo, madera con incrustaciones de piedras preciosas o de marfil y con metales preciosos adornados con esculturas y gemas.

Entre el siglo XII y el XIV la encuadernación vivirá uno de sus cambios más relevantes, dejará de ser materia exclusiva de los religiosos y su uso se ampliará a las universidades, instalándose cerca de estas y bajo su control. El auge económico del siglo XII dará paso, además, a una renovación artística en las encuadernaciones.

Entre las principales técnicas de encuadernación de este periodo encontramos: La encuadernación de orfebrería, donde destacan las decoraciones por esmaltadores de Limoges, predominan en estas la técnica del champlevé de esmaltado. La encuadernación en piel decorada, masificada con la extensión del telar y hacia finales del siglo XIII, Las cubiertas de madera y luego de cartón (durante el siglo XIII se comienza a utilizar este material) serán cubiertas con pieles decoradas principalmente con dos procedimientos: El cincelado que consiste en grabar una imagen cortando ligeramente la superficie de la piel y el estampado, que utiliza la presión de bloques de madera o de hierros para dorar y de esta forma grabar tanto en bajo como en sobre relieve la superficie. Las primeras planchas de encuadernación, son de temática religiosa y el dibujo se grababa en hueco sobre el hierro, esto facilita el decorado de las tapas, fueron grabadas primero en Amberes, en el 1250 y luego en Bruselas, en el año 1350. 

Se desarrolla una sofisticación de la encuadernación.

El siglo XV será un siglo de importantes innovaciones en materia de encuadernación, además de ser el siglo en el cual Gutenberg imprimirá su primera biblia. Durante la segunda mitad del siglo XV y comienzos del siglo XVI la producción de libros comienza a diferenciarse entre la copia manuscrita y las obras impresas, estas últimas reciben el nombre de incunables, que hace referencia a todas las obras impresas antes del año 1500, concretamente antes del día de pascua del año 1501.

Entre los cambios más importantes que sufrirá la técnica durante este periodo encontraremos la introducción por parte de obreros greco-bizantinos del cosido “a la griega”, esto posterior a la toma de Constantinopla por parte de los turcos.  Este tipo de cosido no sobresale del lomo, por lo general no forma nervios ya que el cordel era pasado por una hendidura realizada con sierra en los cuadernillos.

La necesidad de una decoración rápida y al mismo tiempo refinada da cabida a las “ruedas”, círculos metálicos que giran sobre su propio eje, fijados a un mango, en los cuales se pueden encontrar diferentes motivos decorativos que serán traspasados a las cubiertas al rodar las ruedas sobre ella. La técnica del dorado, inventada por los árabes y transmitida por ellos a los italianos, que cambiara los tipos de encuadernación y que será explotada principalmente durante el renacimiento, consistía en la aplicación de panes de oro sobre ciertas zonas de las cubiertas, en donde una mezcla de clara de huevo y aceite de almendras sumado a la presión ya sea de un hierro o una rueda previamente calentada permiten que el pan de oro se adhiera a la superficie.

En el periodo renacentista las encuadernaciones gozaran de un conjunto de cualidades tales como un papel de mayor calidad, mejor topografía y como no, encuadernaciones mas bellas. Es durante este siglo que florece el arte de la encuadernación.

Las decoraciones llevadas a cabo en el siglo XVI son: Ornamentos grabados en frio, con hierros y planchas, generalmente religiosos. Decoraciones de florones. Decoraciones geométricas en donde varían los colores en formas rectangulares y romboides. Decoraciones mosaicadas, llevadas a cabo con varias pieles recortadas y ejecutada principalmente en encuadernaciones de gran formato. Con motivos geométricos dibujados en la cubierta, ramos de follaje y un ovalo central libre. Aparece la decoración a la fanfare, denominada como tal en el siglo XIX. 

Al igual que en el mundo de la producción artística, en la Europa renacentista encontraremos encuadernadores que trabajaran para grandes familias, entre ellos, los Medici y los diferentes regentes del periodo.

La edición de libros se masifica

Es el siglo XVII y (casi) todo se encuentra encuadernado, hacen acto de aparición el papel marmoleado proveniente de Holanda, títulos dorados y costuras sobre nervios. El marmoleado será también aplicado sobre los cortes de la superficie de las tapas o bajo el pan de oro.

El uso de diferentes tipos de hierros se masifica, encontrándolos en encuadernaciones geométricas cubriendo prácticamente la totalidad de la superficie, esto también sucede en la decoración “a la grotesca” y de “abanico”, en donde solo quedaba liberado el espacio dónde irá el título. Los grandes encuadernadores de la época trabajaran para el rey y para los bibliófilos.

Las ediciones sencillas, más económicas y con materiales de calidad regular aparecen en el siglo XVIII de forma paralela a la producción de grandes textos, con una bella tipografía e ilustraciones grabadas. El cosido sin nervios se generaliza en el 1750, mas bien los lomos aun se decoran simulando separaciones.

La decoración por encaje es la característica de este siglo, con finas ruedas y pequeños hierros dispuestos unos al lado del otro que presentan decoraciones más estilizadas y figurativas, sumando a los hierros de flores y hojas: emblemas, perfiles y un pájaro, el ultimo será reconocido por ser la firma del encuadernador Derome el Joven. En el año 1686 nació el gremio de encuadernadores-doradores, sin embargo, el nivel del trabajo no dejara de disminuir durante el siglo XVIII beneficiando a la moda de la anglomanía que mueve a los encuadernadores a realizar sus trabajos en Londres. Por lo demás, hasta antes de los periodos revolucionarios los principales encuadernadores formaban parte de grandes dinastías.

Durante la revolución y los años venideros la encuadernación de lujo comenzara a desaparecer, dando espacio a la aparición de decoraciones con emblemas revolucionarios y el uso de planchas de colores como la mayor innovación en encuadernaciones en media piel, con pieles de calidades regulares y tapas adornadas con motivos del naciente estilo Imperio: Esfinges, lirios, personajes antiguos.

Desde el año 1819 las exposiciones de encuadernaciones se masifican, lo que permite constatar la evolución estilística del oficio.

La encuadernación industrial se encuentra en una fase de producción de bellas encuadernaciones de editor que, sin embargo, son despreciadas por la encuadernación de lujo quienes en el periodo comprendido entre el año 1840 y 1880 solo apreciaran el estilo antiguo, realizando copias de gran exactitud y perfección. En 1878 Marius Michel, un encuadernador que copiaba con mucha precisión las producciones de Enrique II, obtuvo el primer premio en la exposición de encuadernaciones. Su estilo evoluciona bajo influencias de la Escuela de Nancy y de los prerrafaelistas. A modo de innovación, se graban nuevos fierros que responden a las necesidades del nuevo arte.

Cerrando esta revisión de la historia y técnicas de la encuadernación encontramos el periodo de los maquetistas en donde las labores de creación y fabricación se verán divididas, esto de modo que artistas creadores en conjunto con maestros artesanos de gran nivel producirán encuadernaciones de gran calidad artística.

Otro de los momentos importantes en la historia de la encuadernación se da en el siglo XX cuando la Emperatriz Eugenia de Francia junto al encuadernador Cobden-Sanerson fundan la sección de encuadernación de la Escuela de artes decorativas y la abren para las mujeres, permitiendo por primera vez que aprendieran la totalidad del oficio en vez de verse recluidas a tareas menores en los talleres.

En nuestros tiempos, si bien la encuadernación se ha visto desplazada por la producción en serie, es un oficio que resiste a pasar al olvido de la mano de diferentes artistas cuyo auge se encuentra en los tiempos de la inmediata postguerra.

Fuente: "La encuadernación. Técnica y proceso." - Annie Persuy-Sün Evrard

El oficio y la encuadernación

Los oficios del arte, tal como hemos podido constatar en la revisión histórica de la encuadernación y sus técnicas, a través de diferentes conocimientos y habilidades dan cabida a nuevas formas de trabajo y a transformaciones de los diferentes materiales. Así, ya sea desde un punto de vista utilitario o artístico es como las técnicas se adaptan y se adaptaron a lo largo de la edad media y la edad moderna, con sus diferentes características.

Situados entre la delgada línea que separa la producción artística y artesanal el oficio del arte se presenta como un espacio de análisis, innovación y dialogo con las tradiciones y las técnicas, en directa relación con los tiempos modernos. Se presenta como una posibilidad de reivindicación, concientización y reflexión de las prácticas de antaño, por lo que se torna fundamental una visión profesional y de mejoramiento de aquellos oficios del arte que al día de hoy luchan por sobrevivir y adaptarse a la fugacidad de nuestras realidades.

Creación de la croquera

Tomando en consideración que los oficios del arte en nuestros tiempos se han visto gradualmente superados por la modernización y las grandes fábricas de producción en masa, la creación de la croquera se torno una experiencia que fue más allá de lo netamente académico y utilitario.

La posibilidad de conocer y aplicar los procesos para llevar a cabo una buena encuadernación me llevó a conectarme con los materiales, a viajar en el tiempo y pensar en la longevidad de esta práctica y en aquellos sujetos que otrora dedicaron su vida (o gran parte de ella) a la labor de llevar al libro siglos y siglos de conocimiento e historia, muchos de los cuales seguimos consultando al día de hoy, justamente para evocar las antiguas prácticas y saberes.

Para llevar a cabo la construcción de este elemento de taller me guíe principalmente por las indicaciones y el video de Mauricio, además de un pequeño video que revise para realizar la costura.

Los insumos necesarios fueron:

-          26 pliegos de papel hilado n9

-          5 metros de hilo encerado y aguja

-          Cola fría

-          Pegamento de doble contacto

-          Cartón piedra de 70x50

-          Telas para cubierta

-          Cuchillo de cocina

-          Apretadores metálicos

-          Un cucharon plástico.

-          Punzón

El primer paso de esta creación consistía en plegar el papel de forma horizontal para luego cortar sobre este pliegue y así obtener dos mitades, realicé un pliegue por su centro en forma vertical, obteniendo así poco a poco los cuadernillos, que se deben agrupar de a 5 en 5. Es decir, resulté con 8 grupos de 5 cuadernillos y 2 de 6 cuadernillos, estos dos últimos grupos con un cuadernillo extra son para que al pegar la primera y ultima hoja en las cubiertas, el total de hojas en la croquera sea de 100. Existen, de todos modos, métodos que permiten la construcción de la encuadernación sin necesidad de pegar hojas a las tapas.

                           
      


A continuación venia perforar los pliegues de los grupos de cuadernillos, en mi caso, para poder realizar una costura de cadeneta, perforé los cuadernillos con un punzón en una distancia de aproximadamente 5cm entre cada agujero, partiendo desde el borde.

                                                           

Como ya mencioné la costura que utilice fue la de cadeneta, con la ayuda del video de "Take a smile scrap" que dejaré aquí abajo. 



Una vez realizada la costura se aplican unas 3 o 4 capas de cola fría sobre el lomo de los cuadernillos, ahora un gran cuadernillo. Luego de que se secara la cola fría, con una ultima capa pegué un retazo de tela que cubrirá la costura y le aportará firmeza.



Por otro lado, el cartón piedra, que corté en dos grandes rectángulos que serán las tapas y una pequeña franja del tamaño del lomo, estos tres trozos de cartón puse sobre una de las telas como se ve en la fotografía. Pegué la tela al cartón utilizando el pegamento de doble contacto, con el mismo, luego uní la primera y última hoja de la croquera a las tapas. Decidí añadir una franja de tela negra para dar un toque diferente al acabado de mi croquera y además, reforzar el lomo.

             



El acabado que logré me dejó bastante satisfecho, al ver la croquera y al utilizarla, cobran valor los conocimientos adquiridos y el esfuerzo empleado.


Por ultimo, dejaré un pequeño video en donde moví de diferentes formas la croquera para comprobar si sus elementos están firmes y los pasos de la creación fueron bien ejecutados.






Clase #2 - Expresión Grafica III. 2021


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